miércoles, 16 de mayo de 2007

A TODAS LAS PALOMAS QUE CRUZARON CONMIGO LA MIRADA

Muerte en la terraza

Muere otra paloma en la terraza.
Viéndola encogida hace días, yo no sabía
que la paloma (en aquella paloma) moría.
Llamo a mi mujer
para que me ayude a vivir más esa muerte.
Ella la toma en la mano. (Los animales la aman.)
La acaricia y la deja descansar en la sombra.

De nuevo sola,
la paloma mira el mundo quieto y estático.
De repente pone las patitas hacia arriba
batiendo las alas en un espasmo. (Otra paloma,
sorprendida por la escena, viene picoteando semillas
junto al cuerpo que agoniza.)

Tomo un bolígrafo rojo y anoto, urgente,
la muerte de la paloma en el poema.
La paloma deja caer la cabecita.
El poema se inclina.
Una gota roja cae del pico (o pluma)
y el poema
-termina.

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