lunes, 20 de agosto de 2007

GREECE 2

Al despertarnos el segundo día, observamos un pueblo que no tiene nada que ver con lo esperad. ¿Que era lo esperado? Ni idea, pero no tenía que ver con aquél pueblo reproducible en cualqier costa masificada. Fuimos a lo fácil. Y descubrimos que nos acompañaría el viento lo que quedaba de viaje. Tomamos el sol con crema y esperamos a nuestras queridas compañeras de viaje que todavía tenían que sumarse. Después, en la línia de lo que sería el viaje, preparamos unos tuppers y bocadillos, to Palm Beach. Creo que a todo el mundo le vendrán ideas diversas sobre Palm Beach, eso si, siempre con palmeras de fondo. Esta vez era una playa indicada varios quilómetros antes con río y barquitas. El viento nos tocó los cojones de lo lindo, hizo hasta a veces daño. Empezamos con el reportaje fotográfico que no pararía y nos contamos algunas cosas. Fue un día confortante a nivel de amistad ya conocida. Por la noche fuimos a descubrir una taverna de las auténticas y aprendimos palabras que adherimos. Después, vuelta al loft azul de baldosas resplandecientes y tiramos de vino. Una que estaba cansada. Fuimos a dormir como s evan a dormir los niños cuando se van de excursión y en una habitación con gente, aunque cansados, no quieren parar ni darse cuenta que el día ha terminado.

martes, 14 de agosto de 2007

GREECE

Empezamos tarde. Después de unas cervezas siempre es divertido observar el aeropuerto. Hay los que como tú, empiezan algo. Hay los que acaban, los que simplemente escalan. Dos viajaban juntas, la otra más detrás. Y al fin llegamos a una ciudad desconocida, con aeropuerto bastante reducido a decir verdad, por la fama que tiene el país. Cosas que pasan siempre. Y estuvimos en un autobús rebentadas con gente de costado, ahora de pie, ahora sentadas. El más guapo tenía 14 años. Nos quedaba pequeño. Después desembarque en el puerto. No hay ferris, con lo que el plan -por solo primera vez- se desmonta. Desayunamos por lo grande, acompaña un spinello. Y luego ya, ellas con antifaz, nos bebemos cuatro horas high speed to Crete. Hasta entonces, estudiada en los mapas. Siempre es bueno colarse en primera clase, el confort tienta, amigos. Y luego llegamos a Crete y el típico guía turístico nos confunde con el típico turista. Así que de respuesta a nuestra pregunta acerca d elas mejores playas, nos suelta un Plakias. Para el de lo mejorcito, pero pónle un Las Vegas o Lloret. Alquilamos un coche amarillo a Scarlette Johansson, le pido de donde son sus sandalias, y nos vamos entre I love life y I drive savely, normal and less, a descubrir una isla que no llana. Tenemos música que cantar y cositas que comentar, como todos los humanos en el coche. Una nos explica que tiene miedo a las curvas con precipicio, oh Dios, con lo bonitas que son las curvas!. Y llegamos a Plakias. Vemos que sus melones son cuatro de los nuestros, y después confirmamos que todo mide al menos cuatro veces más que lo conocido por nosotras. De super en super, nos acabamos quedando con un Silvia de Creta, a veces se puede cambiar el precio de una botella a la otra y te sale más barato, que viajar es caro. Y luego entendemos quién son esas viejecitas que dicen que te alquilan casas. Son mamas, la mayoría de veces se llaman María. Algunas llevan reebok y otras son más carcas. A ninguna le falta carácter. Por el mismo prcio tienes goteras o parquet. Hay que contrastar mucho en este país. Nos quedamos un loft de puta madre en el cual abunda el azul. Nuestra prioridad es la terraza que no utilizaremos jamás. Abusar del vino la primera noche es fatal, le pillas asco para los próximos once días que vendrán. Hacemos algún vídeo con dance. Y empezamos a probar el salsiki al que tambiñén acabaremos aburriendo. Todavía es bonito. (continuará).