viernes, 26 de junio de 2009

miércoles, 24 de junio de 2009

Pato Donald Fauntleroy
TAMBIÉN Y ADEMÁS

toda enfermedad, todo problema, es producto de un estancamiento, ya sea corporal, sexual, emocional o intelectual
(SABÍAMOS, SABÍAMOS, SABÍAMOS... más gestos).
si.q.p.p
ya ves de qué te vale ahora presumir...
n.m.v.a.e. - y e a s h r s m m q a n m q q y q n m i e q d
el amor me ha convertido....
Tropecé de nuevo y con la misma piedra

DE NIÑA A MUJER

miércoles, 17 de junio de 2009

acogida al ex consensu gentium

lunes, 15 de junio de 2009

las sonbosas, las casnos, las rima

lunes, 8 de junio de 2009

dar el beneplácito

viernes, 5 de junio de 2009

la cantidad de movimiento
lo soluble del sufrimiento
reparticiones dobladas
ciclos encerrados
perfiles solucionados
tartamudez extrema
descartes new age
licores azules
turbiedades tituladas
fantasía con ilusión de generación
y todo absolutamente todo es necesario, determinación de su naturaleza

En el anagrama de los romanos

Muy brillante el color violeta. Las mil alergias de cada día. Declaración de amor per verso y por verso. Santuarios divinos. Fábulas con doctrina. Lecciones saludables. ‘Quantum de afectos’. Herida compartida. Futuros en la nursería. Epístolas a la nada. Hablas porque sí. Reenvíos brujos. La llamada repetida. La voz anunciante. El habla quebrantada. La voluntad adquirida. El gusto que conlleva. La verdad envuelta de verdad con papel fino. Los paseos lloviznosos. Las capuchas aligeradas. El reposo burlado, la sevillana defectuosa. Como, la cago. Niebla en el paisaje de playa y vasos y copas altas y finas y luego mo. Libres horas y horas sin libertad. Vasto valle de arena fina. Reloj apuntando sobrio en sociedad. Tintes mágicos parientes de la Luna. Trabajos elaborados. Finales de día logrados. Esperanza no esperada. Y es así. NEW YORK.

jueves, 4 de junio de 2009

Poema El Reloj de Arena
de Jorge Luis Borges


Está bien que se mida con la dura
Sombra que una columna en el estío
Arroja o con el agua de aquel río
En que Heráclito vio nuestra locura

El tiempo, ya que al tiempo y al destino
Se parecen los dos: la imponderable
Sombra diurna y el curso irrevocable
Del agua que prosigue su camino.

Está bien, pero el tiempo en los desiertos
Otra substancia halló, suave y pesada,
Que parece haber sido imaginada
Para medir el tiempo de los muertos.

Surge así el alegórico instrumento
De los grabados de los diccionarios,
La pieza que los grises anticuarios
Relegarán al mundo ceniciento

Del alfil desparejo, de la espada
Inerme, del borroso telescopio,
Del sándalo mordido por el opio
Del polvo, del azar y de la nada.

¿Quién no se ha demorado ante el severo
Y tétrico instrumento que acompaña
En la diestra del dios a la guadaña
Y cuyas líneas repitió Durero?

Por el ápice abierto el cono inverso
Deja caer la cautelosa arena,
Oro gradual que se desprende y llena
El cóncavo cristal de su universo.

Hay un agrado en observar la arcana
Arena que resbala y que declina
Y, a punto de caer, se arremolina
Con una prisa que es del todo humana.

La arena de los ciclos es la misma
E infinita es la historia de la arena;
Así, bajo tus dichas o tu pena,
La invulnerable eternidad se abisma.

No se detiene nunca la caída
Yo me desangro, no el cristal. El rito
De decantar la arena es infinito
Y con la arena se nos va la vida.

En los minutos de la arena creo
Sentir el tiempo cósmico: la historia
Que encierra en sus espejos la memoria
O que ha disuelto el mágico Leteo.

El pilar de humo y el pilar de fuego,
Cartago y Roma y su apretada guerra,
Simón Mago, los siete pies de tierra
Que el rey sajón ofrece al rey noruego,

Todo lo arrastra y pierde este incansable
Hilo sutil de arena numerosa.
No he de salvarme yo, fortuita cosa
De tiempo, que es materia deleznable.

miércoles, 3 de junio de 2009

di prest!