viernes, 16 de marzo de 2007

CARTA A MI OTRA YO



Ha dicho que está contenta. Está fuerte. Está adelante y para arriba. Que no pare. Curiosa la vida que son ciclos. Se tuvo que ahogar para salir de la mierda en la que estaba metida. Está que no sabe bien que le pasa. Lo que tiene el poder de la mente y la fortaleza de dentro. Hay que pasar por la noche, por el fuego, por el dolor, pisar brasas, joderse, caerse, llorar, sufrir, aguantar el dolor profundo, sentirse una hormiguita pequeña pequeña pequeña pequeña y mandarlos a freir espárragos a todos juntos cuando te molestan. No odies a nadie le he dicho. Tu eres la causa de tus penas y tus dolores que no Dolores. Y sonreir y ponerle ganas. Pero no forzarse, le he dicho. No te fuerces y relativiza siempre. Solventa temas y piensa en frío. Podrás con todo. Con todo absolutamente. Es cierto. Se puede. Volverá a llover con intensidad. Ahora no sabes cuando, pero volverá porque el agua es necesaria también. Pero pasará. Todo pasa (y todo queda, dicen). Y mientras, diviértete, que se acaba otra semana. Y todo lo que hagas, hazlo consciente y convencido. Y echa pa'lante! Con talante, nena.

2 comentarios:

Chair de fleur dijo...

Habla el maestro, ponganse de pie:

"Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perserverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.

No sé cuál de los dos escribe esta página."

LULÚ dijo...

y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro....

Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro....


lodicetodo