domingo, 18 de febrero de 2007

"Todo está dicho, pero como nadie escucha, hay que repetirlo cada mañana."

ANDRÉ GIDE
Mañana día 19 de Febrero hará 56 años que falleció André Gide. EScritor francés de novelas, obras de teatro y textos autobiográficos. En ocasiones lo han definido como el escritor que más profunda influencia ejerció sobre la juventud francesa que vivió entre las dos guerras mundiales.
Gide nació el 22 de noviembre de 1869 en París. Su padre, Paul Gide, su madre, Juliette Rondeaux, de funcionarios jurídicos católicos. Fue educado en el más estricto puritanismo y cursó estudios irregulares en la Écolo Alsacienne, debido en parte a su frágil salud, y en el instituto Henri IV.
Apasionado por la literatura y la poesía, a los veinte años empieza a publicar en las revistas de la escuela y entra en relación con Pierre Louÿs y Paul Valéry y es introducido en el círculo de Stéphane Mallarmé. (próximos capítulos me voy a por Paul Valéry, Mallarmé y Pierre Loüys). Sus primeras obras están marcadas por el puritanismo de su juventud y el simbolismo. En 1891 publica a sus expensas y sin firmar su primer libro, Los cuadernos de André Walter, en el que describe el religioso y romántico idealismo de un desgraciado joven. Por esa obra se le consideró simbolista, pero en 1894 comenzó a desarrollar un estilo personal y propio. A partir de Paludes, especie de farsa, publicada en 1895, rompió con el Simbolismo y sus representantes.
Es a partir de 1897, con la publicación de uno de sus libros fundamentales, Los alimentos terrestres, cuando Gide empieza realmente su carrera literaria. Esta obra lo convirtió en el mentor espiritual de su generación y en ella defendió la doctrina del hedonismo activo. A partir de ese momento sus obras estuvieron dedicadas a examinar los problemas de la libertad individual y de la responsabilidad, desde distintos puntos de vista. Siguieron El inmoralista (1902) y La puerta estrecha (1909), estudios acerca de los conceptos éticos individuales en conflicto con la moralidad convencional. En la época de su aparición, El Inmoralista fue un fracaso y Gide, descorazonado, pensó dejar la literatura.
Los sótanos del Vaticano, en la cual Gide ridiculizó la posibilidad de la independencia personal completa, apareció en 1914 y fue el primero de sus trabajos atacado por anticlerical. El idílico La sinfonía pastoral (1919; en el que se basó una película que recibió el Gran Premio del Festival de Cannes, en 1946) trata del amor y la responsabilidad, y refleja los dilemas morales a los que se enfrentaba el autor en su vida privada. Gide examinó los problemas de la adolescencia y de las familias de clase media en la popular novela acerca de la juventud parisina, Los monederos falsos (1925), considerada su mejor obra por algunos críticos. Su protagonista es un novelista que está escribiendo una novela que lleva el título de la de Gide, y que describe "todo lo que veo, todo lo que sé, todo lo que las vidas de los demás y la mía propia me enseñan". En ella figuran homosexuales, rufianes y adúlteras.
Entre 1920 y 1924 Gide publicó sus memorias, Si la semilla no muere, que causaron un enorme revuelo y en las que confesaba su homosexualidad. Cada nueva obra de Gide constituía, inevitablemente, un acontecimiento literario seguido de escándalo.
La preocupación de Gide sobre la responsabilidad moral individual le llevó a ocupar cargos públicos. Después de haber ocupado puestos municipales en Normandía, se convirtió en enviado especial del ministerio para las Colonias en 1925-1926 y escribió dos libros en los cuales describía la situación en las colonias francesas de Africa. Mediante estos reportajes, Viaje al Congo (1928) y Regreso de Chad (1928), pretendía inducir a que se llevaran a cabo reformas en la ley colonial francesa que se estaba preparando. Viajó a la Unión Soviética, y expuso su desilusión en Regreso de la URSS (1936). Muchos de los estudios críticos de Gide aparecieron en La Nouvelle Revue Française, una revista literaria que contribuyó a fundar en 1909 y que se convirtió en una publicación de gran influencia entre los círculos intelectuales franceses. Estos ensayos críticos eran, sobre todo, un análisis acerca de la psicología de los artistas.
Gide escribió obras teatrales en verso Le Roi Candaule (1901) y Saul (1903) y tradujo Antonio y Cleopatra y Hamlet, de Shakespeare.
En 1939 decidió publicar su Diario (4 volúmenes, 1939-1951), que había iniciado cuarenta años antes, donde quedan patentes sus escrúpulos y vacilaciones y que despertó el interés de la crítica en todo el mundo. En estos volúmenes habló de sí mismo y de sus obras, y emitió juicios sobre sus amigos y otros escritores.
En 1947, a los setenta y ocho años de edad, Gide recibió el Premio Nobel de Literatura, que le fue otorgado como un reconocimiento, según las palabras de John Russel, al hombre que "más que ningún otro ha sostenido en nuestro tiempo la anticuada noción de que el primer deber de un artista es para con su arte".
André Gide murió el 19 de febrero de 1951, en París. Al año siguiente el Vaticano incluyó todas sus obras en el Índice de Libros Prohibidos.

3 comentarios:

Chair de fleur dijo...

Sin haber leido a Gide no sería el que soy.
por tanto no sé si darle las gracias u odiarlo.

Vale ya paro que no son horas para seguir con las estatuas anonimas de estas sombras.

Chair de fleur dijo...

A.G: "Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran."

No sé como se puede vivir sin haber leído “Los Monederos Falsos”, aunque también resulta capital para comprenderlo su “Diario”.

Apunte para deberes.

LULÚ dijo...

Muchísimas gracias. Aquí y detrás tuyo, empiezo un cuaderno de apuntes.