domingo, 13 de enero de 2008

La función propia del juego es el juego mismo. Ocurre que las aptitudes que ejercita son las mismas que sirven para el estudio y para las actividades serias del adulto.
Roger Caillois

3 comentarios:

Chair de fleur dijo...

Y ya puestos a jugar, como decía Wilde: siempre se debería jugar limpio....siempre que se tenga la mejor jugada.

Sin lugar a duda uno de los mejores ejemplos de "homo ludens", tanto en su vida como en su obra.

Ya Stevenson advertía que hay una virtud sin la cual todas las demás son inútiles: el encanto.
No se me ocurre ninguna persona más encantadora que Oscar Wilde, un encanto incluso por encima de su ingenio.

Anónimo dijo...

¿El mismo encanto que puede tener venderle el alma al diablo?

Chair de fleur dijo...

No exactamente, pero si.....

El encanto para escribir una novela sobre una variación de una idea de Stevenson y que parezca una idea propia (con Dorian Gray), el encanto para someterse a un proceso judicial que de antemano sabía que iba a perder, el encanto de ser frívolo desde la inteligencia, el encanto para decir “He puesto todo el genio en mi vida, en mis obras solo mi talento”. El encanto de, como le dijo a Gide, “querer conocer el otro lado del jardín”.

Wilde era un hombre de oratoria y seguramente su mejor libro sea “Ensayos y diálogos”, y luego hay un librito muy interesante titulado “El Arte del Ingenio”que editó Valdemar, es una recopilación de opiniones, ideas, frases sacadas tanto de sus obras como de conversaciones o cartas.