Y la imagen se esfumó.
Se esbozó una carta a una parecida.
Venía la noche, fiel compañera.
Venía algo de alegría con algo de nostalgia.
Venían ágapes a la memoria, y señores respetables.
Venían alfombras rojas y pelotas.
Venían intentos fallidos y cumplidos.
Venían loros muertos y después calles estrechas.
Venía la presencia de algo superior.
Y la certeza de conocerlo.
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