Había una vez una mañana, tirando de unas provisiones.
Había una vez dos bajas, y una alta en la cama.
Había una vez un grande durmiendo sin su mama.
Había una vez una conexión,
había una vez una dispersión.
Había una vez un generoso
había una vez el Coloso...
Había una vez una maravilla
había una vez Nocilla...
Había una vez un Talisker
había una vez sin Talisker
Juntos echábamos a perder
la Lola del desparecer.
Luego mirábamos al infinito
hasta el final de la desaparición de tu hito
¡Ai, nena!, me decías
y no eras ni Jeremías
Ni el puto Ezequiel
ni mis lunas de miel
Otra vez me habré equivocado
pero déjame darte un bocado
esto es un sin vivir
y tú, ¡cabrón!, mi Sir.
sábado, 13 de septiembre de 2008
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