jueves, 22 de noviembre de 2007

Sueños de COCO

Cierras los ojos. vas a ir durmiéndote poco a poco. Paraísos verdes. Y COCO CHANEL de fondo. No fue fácil para ella, pero se recuperó. Y parece que tienes un sueño que se va difuminando con fotos amarillas de fondo que no ves, y viejas diapositivas. Vidas puestas en documentales, y tu no sabes, ni siquiera como filmarían la tuya. No les dejarías, supones. Y te vas durmiendo. Pero he allí el subconsciente. Y dejas que vaya acumulando... y acumulando. Y bueno, parece que vas a encontrarte con la gran COCO en algún lugar, podrías soñar que diseña para tí en esa magnífica noche, que ajusta, que talla el patrón, que escogéis los colores bien discretos, que después hasta quizás merendáis. Y poco a poco ya no distingues si es un sueño, si todavía hay una voz en off hablando de Gabrielle, si ella se comunica contigo, si ya no sabes si has creado tu la historia, y... ¿cual es la historia? Te duermes. Duermes profundamente, como cada día. Pero no descansas bien. Y de pronto, llegó la hora. Dile adiós a tu gran cama, a tu edredón, a este minúsculo refugio para exiliados y aunque no sepas como, entra en la ducha. Lo demás es mecánico. Venga, para probar tu buen humor sé un poco creativo, mezcla los jabones, cambialos de sitio, busca nuevas maneras para las toallas, ponte crema, ¿qué crema toca hoy? Con suerte, olvidas el frío, el calentador da de sí... buscas las gafas para distinguir los píxeles de las braguitas que escoges y bueno, esperas no tardar mucho para encontrar un par de calcetines que hagan pareja, y sinó, los que más bien conjunten. Después decide si sujetador o body, y ya luego, si no tiens suerte y preparaste la ropa ayer por la noche, véte vistiendo y desvistiendo por partes hasta que te sientas bien con el día que se asoma por la ventana. ¿Y, los guantes? Hoy hiela como ayer, per hoy quizás no luces guantes. Va como va. Y bueno, apaga esa canción que te has puesto para animar el ayuno, revisa que lo tengas todo, no olvides llaves ni lentillas, compruebas que lleves dinero - no siempre!-, y ventilando, cierra la puerta de éste lugar, lugar de paso. Míralo por última vez y pide el ascensor. Y en el espejo de éste, cuando COCO asalte en tu memoria, pregúntate, ¿porque me vestí como si hoy tuviera un almuerzo con ella? Quién sabe, ya es tarde. No tienes ninguna cita con COCO, pero no desentonas, que es lo que cuenta. No te has vestido para ir a Ascot, ni a la Ópera, todo encaja. Pisa fuerte. Y dale, que hoy es jueves y amanecer, debes. Que cuando sea hora de volver al recogimiento, el balance te permita un premio. ¿Queremos más? Si, pero todavía no toca.

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