martes, 9 de marzo de 2010

Rod que no es rojo en alemán trae nostalgia y unas ruedas que no se usaron devuelven un tema a la mesa invisible. Si fuera que hay rechazo en el presente augura que lo habrá en el futuro de la flauta que no suena aunque se conozcan las notas que dejaron de servir. La falta de movimiento del autor que asesina el deseo que no convierta al objeto en falta grave y deje a los fantasmas del pecado sin palabra en la voz que tan hondo hablaba.

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